
Si hay algo que debes tener claro sobre el retinol y el ácido glicólico, es esto: son dos activos espectaculares, pero no se deben usar juntos en la misma rutina.
Si partimos de ahí, el resto es pan comido. Vamos a explicarlo en detalle para que no queden dudas.
El retinol: el rey de la renovación celular
El retinol es, sin duda, uno de los activos cosméticos antiedad más potentes que existen. Su función es estimular la renovación celular, ayudando a que la piel recupere su mejor versión.
Beneficios del retinol:
✔ Reduce arrugas y líneas de expresión.
✔ Unifica el tono, reduciendo manchas e imperfecciones.
✔ Regula la producción de grasa, ideal para pieles con tendencia grasa.
✔ Favorece la producción de colágeno y elastina.
Eso sí, requiere paciencia. No es un producto de "me lo pongo hoy y mañana tengo la piel perfecta". Los efectos se ven con constancia y, sobre todo, con buena hidratación y protección solar obligatoria.
El ácido glicólico: el secreto de la luminosidad
Si buscas una piel más luminosa, uniforme y sin textura irregular, el ácido glicólico es tu mejor aliado. Se trata de un alfa-hidroxiácido (AHA) que exfolia la piel suavemente, eliminando células muertas y revelando un cutis más radiante.
Beneficios del ácido glicólico:
✔ Aclara manchas y unifica el tono.
✔ Exfolia sin necesidad de gránulos (adiós a los exfoliantes físicos agresivos).
✔ Aporta jugosidad y luminosidad.
✔ Estimula la producción de colágeno.
✔ Hidrata la piel en profundidad.
Pero atención: no se debe aplicar la misma noche que el retinol. Si los usas juntos, tu piel puede irritarse, volverse más sensible e incluso deshidratarse.
¿Cómo combinarlos sin dañar la piel?
Por la mañana:
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Limpieza con un limpiador suave.
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Ácido hialurónico para máxima hidratación.
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Vitamina C, antioxidante y despigmentante.
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Crema hidratante.
- Protector solar (¡imprescindible!).
Por la noche (alternando activos para máxima eficacia):
Noche 1: Retinol2
- Doble limpieza: aceite limpiador + mousse limpiadora.3
- Ácido hialurónico sobre la piel húmeda.
- Esperar 30 minutos antes de aplicar el retinol (el contacto con agua puede irritar).
- Aplicar retinol (4-6 gotas en el rostro, evitando cuello, escote y contorno de ojos).
- Esperar 5 minutos y aplicar crema hidratante.
Noche 2: Ácido glicólico
- Doble limpieza: aceite limpiador + mousse limpiadora.
- Ácido hialurónico.
- Aplicar ácido glicólico (sin necesidad de esperar, solo el tiempo de absorción entre productos).
- Sellar con crema hidratante y niacinamida.
Niacinamida todas las noches: independientemente de si es noche de retinol o glicólico, este ingrediente ayuda a calmar la piel y a prevenir la aparición de manchas.
¿Por qué alternarlos y no usarlos juntos?
Sencillo: son demasiado potentes combinados y pueden sensibilizar la piel. Si abusas de los ácidos, podrías terminar con la piel irritada, deshidratada e incluso con más manchas (sí, justo lo contrario de lo que querías).
Regla de oro: Una noche retinol, una noche glicólico. Así aprovechas lo mejor de ambos sin alterar tu barrera cutánea.
¿Desde qué edad puedes usarlos?
Ácido glicólico: apto para cualquier edad, incluso desde los 25 años para mejorar la textura y la luminosidad.
Retinol: recomendado a partir de los 30 años, aunque en casos de acné o piel muy dañada, puede incorporarse antes.
Si nunca has usado ácidos, comienza poco a poco (dos veces por semana e ir aumentando según la tolerancia de tu piel).
En resumen:
✔ No mezcles retinol y ácido glicólico en la misma rutina.
✔ Alterna una noche retinol y otra glicólico.
✔ Usa protección solar cada mañana (sin excusas).
✔ Aplica niacinamida todas las noches para calmar la piel.
✔ Sé constante: los resultados valen la pena.
Con esta rutina, dile adiós a las manchas y a la piel apagada. ¿Lista para una piel más luminosa y uniforme?